Rodolfo Montes de Oca: “La gente no compra por lo que ve, sino por lo que genera la experiencia”
por jimena lawson
A pesar del contexto socioeconómico argentino, el empresario pilarense Rodolfo Montes de Oca, sigue apostando por el rubro gastronómico y detalla los desafíos que tuvo que superar para mantenerse a flote.
Con tan solo 18 años Rodolfo Montes de Oca incursionó, por primera vez, en el rubro gastronómico. Con “5% de inspiración y 95% de transpiración” como explica él, pasó de ser el dueño de un bar en Miramar, a ser CEO y Co-Fundador de Zott, socio de Chocorisimo - fábrica de helados - y presidente de ICE Runners, compañía que administra diez locales de la marca. Además, desde el 2011 es vicepresidente de la Institución Fátima para multi-impedidos sensoriales, la primera institución fundada en Latinoamérica para la educación de personas con sordo ceguera, y es miembro del Board de Endeavor Argentina. A sus 55 años, es dueño de Monthy’s Roadhouse ubicado en el complejo La Aldea en el kilómetro 44 de Pilar.
“Juntarse con amigos y familia es todo, la comida es una excusa”, declara Rodolfo Montes de Oca. Imagen: Jimena Lawson.
Después de dedicar la mayor parte de su carrera a trabajar en Zott, una empresa que fabrica y vende productos promocionales a empresas como Grido, Coca Cola y McDonald 's; decidió emprender en el mundo gastronómico. “Yo venía aburrido, ya no quería viajar tanto”, confiesa Montes de Oca y agrega, “Llegué a hacer cinco países en cinco días, lo que hacía que en realidad no conozca esos lugares”. Por eso, hace cuatro años, decidió volver a emprender y creó Monthy’s Roadhouse, un restaurante de cocina americana.
Hoy es feliz con su “hobby” y busca ofrecer a sus clientes la mejor experiencia al salir a comer. A través de su trayectoria como emprendedor, logró entender cuán importante es hacer feliz a la gente y la manera en la que eso se logra. ¿Cómo? Profundizando más allá de un espacio con buena música, flexibilidad y agradable compañía.
“El primer fin de semana, el local explotó y terminé cocinando yo las hamburguesas“, confiesa el dueño de Monthy’s. Imagen: Jimena Lawson.
¿Cómo funciona el manejo con los empleados?
En cualquier tipo de negocio en Argentina, el trato con empleados es muy difícil. Nosotros trabajamos con estructuras; tenemos un departamento de recursos humanos donde diversas personas se encargan de las múltiples áreas (contratación y entrenamiento). Tenemos supervisores que manejan los locales. Todos los martes nos juntamos y dialogamos sobre los distintos temas que pueden surgir. Cuando uno tiene bien el personal, los locales andan bien.
¿Cuál es el mayor desafío entre vos y tus empleados?
Lo más difícil, hoy, es el compromiso de la gente. Antes, las personas entraban a una empresa y se quedaban ahí toda la vida. Ahora, la gente cambia constantemente de trabajo y dinámica. Además, mucha gente se aprovecha y demuestra falta de compromiso. Por ejemplo, en el feriado del 2 de septiembre, que fue de un día para el otro, todos mis empleados me pidieron no trabajar a último momento. No estuvo bueno porque hace 3 días les había aumentado el sueldo y siempre les damos muchos beneficios que van por encima de lo que pide la ley.
¿Qué aprendiste a la hora de contratar personal?
Me parece esencial la actitud, porque es necesario que se amolden a la imagen del restaurante. Por experiencia, puedo decir que es muy difícil contratar gente por el hecho de que muchas veces sale mal. También, aprendí que las mujeres son mucho más responsables que los hombres. Esto se refleja en mis restaurantes, donde la mayoría de las gerentas son mujeres. Entendí que la actitud está ligada a las responsabilidades. Con esto me refiero a que busco que el empleado esté afianzado a algo que lo haga ser responsable y que tenga algunos años de experiencia.
"Busco que el empleado esté afianzado a algo que lo haga ser responsable y que tenga algunos años de experiencia"
¿Son fieles los empleados?
Generalmente en el negocio gastronómico, es normal contar con una rotación del 50 al 70% del personal, por año. Me pasó de contratar gente que no va el primer día o trabaja una hora y por no ser lo que esperaban dejan el restaurante. En Monthy’s tenemos mozos que están hace mucho tiempo y otros que hace menos.
¿Qué cualidades buscan en los mozos?
Los principales rasgos son que sean simpáticos y serviciales. Lo importante es que se amolden a lo que queremos transmitir en Monthy’s: lograr que la gente esté feliz a través de la flexibilidad del local. Con esto me refiero a que les doy a los clientes lo que desean. También, me parece fundamental que los mozos prueben los platos para dar una reseña acorde a los clientes, ya que todo recae en la experiencia.
¿Tuviste quejas o problemas con clientes?
Sí, muchas. Cuando esto pasa, me interesa saber quiénes son y qué sucedió. Cuando los mozos no cumplen con los requisitos básicos que pido, tengo que tomar medidas. Por ejemplo, me vi obligado a despedir a una chica porque no tenía filtro con los clientes. Otra vez, un mozo que es muy bueno y sigue trabajando, en una ocasión se manejó mal con unos amigos míos. Puede pasar, también hay que entender el lado de ellos (los mozos). En este tipo de situaciones, les explico que tienen que servirles de otra manera porque el trato con el cliente es clave. Lo mismo pasa con los errores chicos, cuando se equivocan en algo o se atrasan con los pedidos, siempre digo que les regalen el plato a esos comensales.
Hay aproximadamente 3000 mozos en la zona de Pilar. Fuente: Cecilia Aguilar. Imagen: Jimena Lawson.
¿Cómo se administran las propinas?
Es un tema muy difícil. En principio, se supone que todos deberían declarar cuál es el monto de su propina y se reparte una parte entre todos. Sin embargo, esto no funciona siempre y, el gerente o yo, tenemos que intervenir y controlarlos. En mi negocio ellos se encargan de repartir la propina entre todos.
¿Cómo los afectó la pandemia?
Durante la pandemia, en Monthy’s pagábamos aproximadamente el 70% del total del sueldo a cada uno, y los días que venían cobraban el 100%. Igualmente, esto variaba acorde a las normas de la pandemia. Tuvimos que adaptarnos a los cambios de sanidad, como servir los cubiertos en bolsas de plástico. Este enero fue el mes más duro y tuve que cerrar 3 locales por la poca demanda. En cambio, todo lo que es Pedidos Ya fue un éxito, y, aunque el servicio en sí me sale caro, es variable. Es fundamental en una empresa siempre tener los costos variables. En nuestro caso, las ventas de delivery pasaron de un 15% a un 80% durante la pandemia. Hoy, es de un 30% porque la gente sale, pero también se quedaron con la costumbre de pedir.
¿Cómo es el convenio gastronómico con los empleados?
El convenio no es muy bueno porque no son mensualizados, sino jornalizados. Las medidas impuestas por el sindicato no benefician a los trabajadores porque les pagan por las horas que trabajan. Por ejemplo, si llueve y no vienen a trabajar, no cobran. Esto no es algo ilegal, sino que forma parte del convenio.
¿Cómo es tu relación con el sindicato (UTHGRA)?
Nuestra relación es tranquila porque no es un sindicato conflictivo. Vienen dos o tres veces por año y les importa que les pagues la plata que les corresponde a los empleados, sobre todo los aportes. Honestamente, no se preocupan mucho por la gente. Los casos de inspección en el local suceden cuando te atrasas con los pagos y tienen una documentación que les permite acceder a información.
¿Tienen alguna estrategia de Marketing?
Sí, eso siempre. Cuando sacamos un plato nuevo, siempre se lo hacemos probar a los mozos primero. Por eso, cuando lo lanzamos al público les indicamos que lo sugieran cuando toman los pedidos. En cualquier tipo de negocio, se busca sacar al cliente más plata de la que vino a gastar. Por lo que hay que tomar cada oportunidad para venderle otras cosas a las personas; agrandar el combo u ofrecer postre.
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